Pensar no es lo mismo en todos los casos…La diferencia está entre un pensamiento activo que excava pozos y galerías a partir y alrededor de un hecho, y esa otra forma de pensamiento, si merece tal nombre, inerte, enajenado, que cuando mira no se detiene y sigue, apostado en la creencia de que lo que no es mencionado no existe, como el enfermo que se considera saludable por que aún no ha sido pronunciado el nombre de su enfermedad. Se engaña, sin embargo, quien imagine que estos sistemas defensivos duran siempre, ahí viene ya el momento en que la vaguedad del pensar se transforma en idea fija, en general basta que duela un poco más.
SARAMAGO, José. Historia del cerco de Lisboa. Casa Editorial El Tiempo. 2001. Bogotá, Colombia. P. 78 (287 páginas).
Pensar, efectivamente no es divagar, es comparar activamente, claro que ello supone un ejercicio sostenido de evaluación en la que el objeto va cambiando con la imagen que tenemos de este. Mucha gente prefiere establecer una imagen fija y el objeto se va alejando progresivamente hasta que la disociación de ambos es tal que cuando se confrontan (la gente) con la realidad no queda otra cosa que no sea la incredulidad y luego la desilusion. Por eso es necesario pensar y evaluar constantemente, porque como decía un neurocientífico colombiano: "la Inteligencia es la capacidad de poner el mundo en contexto" y ello requiere de un pensamiento activo.
ResponderEliminarSaludos.